Intervenir en el mundo, una actitud ética

reses de Alemania, impulsó excesivamente el crédito, el Estado no pue- de bajar también sus gastos. Si los gastos del Estado bajan y también lo hace el gasto privado se paran los motores auxiliares y principales de la economía y no llegamos a buen puerto. Esto es lo que ha suce- dido en esta crisis. En la Facultad de Económicas una de las primeras cosas que aprendíamos es un concepto keynesiano: el multiplicador del gasto. Cuando el Estado gasta introduce en la circulación econó- mica recursos que se reproducen y se multiplican y eso permite incluso al Estado recuperar el dinero gastado y gestionar mejor el déficit. Na- turalmente si la actividad económica decae también se recaudan menos impuestos, aumentan los gastos sociales del empleo y de las contribu- ciones al desempleo y todo esto produce una espiral perversa que agu- diza la crisis. Esto es justamente una de las cosas que hemos criticado. El Estado debe recuperar un nivel de gasto compatible con la estabi- lidad en el medio y largo plazo en el ciclo, y no ignorar la naturaleza de la fase del ciclo en el que aplica unas u otras medidas. Una de las cosas básicas que habría que hacer en estos momentos, además de restable- cer la equidad horizontal y vertical en la presión fiscal, es alargar los plazos de consolidación fiscal –de disminución del déficit público– para lograr que, efectivamente, la economía reemprenda su camino. La baja capacidad de creación de empleo de nuestra economía es una catás- trofe y una de las causas de la desigualdad. Además en España ha apa- recido un fenómeno singular: la pobreza laboral, trabajadores pobres que no pueden cubrir necesidades básicas. Por tanto, son necesarias reformas fiscales y laborales que permitan recuperar un papel más ac- tivo del Estado en la economía y el poder adquisitivo de los trabajado- res. La austeridad ha sido un gran fraude académico que ya ha sido re- conocido incluso por las instituciones internacionales, el Fondo Monetario Internacional incluido. carlos hernández Quero: Recientemente has apoyado la candidatura de Economistas por el Progreso al Colegio de Economistas de Ma- drid, institución de la que fuiste decano entre 1980 y 1983. ¿Es esta una apuesta más por hacer accesible la economía y ponerla al servicio de la sociedad?

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