Intervenir en el mundo, una actitud ética

en embrión, es de la madre. Entonces puedes rastrear por línea mater- na. Otras cosas que te puede decir el ADN: si conocemos genes con- cretos, podemos hacer preguntas concretas. Pero no sabemos ni siquie- ra todos los genes en el ser humano actual, imagínate tú en un fósil. Pero sí que podemos ir e intentar buscar lo de, ¿eran pelirrojos los nean- dertales? maría García-alix: Es compleja la formación que se necesita para dedi- carse a una labor como la tuya. ¿Cómo funcionan los equipos de tra- bajo como el de Atapuerca? ¿Trabaja un equipo multidisciplinar en el que hay personas de distintas ramas y que han estudiado cada una una cosa o sois todos de la misma rama? ana Gracia: No. Cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre, afortunadamente. Como yo les decía a los alumnos, depende de qué te interese. A mí me interesa cómo eran los homínidos, cómo eran fí- sicamente, cómo era su comportamiento social porque yo soy pa- leontóloga y antropóloga, paleoantropóloga. Pero a mis compañeros arqueólogos les interesa su cerebro, qué pensaban y qué hacían. Por eso trabajan con la industria: cómo tallan, qué tallan, cómo acceden a las materias primas, cómo se organizan, cómo organizan el espa- cio… El tipo de preguntas es tan distinto que se necesitan formacio- nes distintas, pues se debe buscar la información en lugares distin- tos. maría García-alix: De manera más general, ¿qué desafíos crees que te- nemos que afrontar desde nuestra universidad para ofrecer mejor formación? ¿Hacia dónde crees que deberíamos caminar para mejo- rar un poco? ana Gracia: ¿Te refieres a mi compromiso con la sociedad? maría García-alix: Sí, desde el punto de vista de la sociedad española: ¿hacia dónde deberíamos orientar la universidad?

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