Intervenir en el mundo, una actitud ética

que entonces era algo que apenas estaba echando a rodar cuando se hacían carreteras o se hacía el trazado de un gaseoducto. también des- tacaría los estudios de ampliación de parques nacionales que llevé a cabo. Empecé trabajando en ordesa para reconvertirlo al parque que actualmente incluye el cañón de añisclo, el macizo de Monte Perdido y no sólo el valle de ordesa. después trabajé en Cabañeros, Monfragüe, Cazorla, el macizo de ayllón… Participé también en varios estudios de lo que entonces, que estaban de moda, se denominaban estudios de desarrollo integral de comarcas deprimidas, en el Sobrarbe, ayllón… Fueron estudios que sirvieron para muy poco realmente. En verdad, tampoco tengo la sensación de que los estudios de impacto ambiental hayan sido determinantes en los casos en los que, como con el aVE, se apelaba al llamado interés general. En todo caso, este conjunto de experiencias me sirvió para tener un conocimiento bastante amplio de la península Ibérica, de la cual hoy me considero un buen conocedor. Y eso me ha permitido después desarro- llar algunos trabajos de cartografía o de clasificación de tipos de habi- tats que han tenido más o menos éxito. a nivel docente esto me ha conducido a comprobar que era necesario dar un paso grande y sustituir lo que entonces se hacía, que era la des- criptiva de los paisajes vegetales, por la interpretación. Entonces había muy poca crítica respecto a las descripciones que manejábamos. Eran muy lineales y poco atentas a los fenómenos históricos que habían dado lugar al estado en que encontrábamos los paisajes vegetales. Estas ca- rencias mostraban vacíos que rellenar. Yo me propuse desarrollar dos de esas líneas pendientes. Por una parte, la Paleogeografía o Paleoecología. Se trataba de reunir los datos del pasado, los fósiles, las maderas fósiles o los pólenes para recabar información sobre cómo estaban esas forma- ciones antes de que la influencia del hombre fuera determinante. Por otro lado, en general era muy corriente que los naturalistas estuvieran completamente apartados de la información procedente de los cambios de uso, de las actividades que el hombre había hecho en el pasado, ya en época histórica, en los paisajes. la combinación de esas dos ramas se ha revelado clave para comprender e interpretar dinámicamente esos paisajes y ha orientado mi desarrollo como docente e investigador. En

Actuar en beneficio de un planeta sostenible 55

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